Infectarse con parásitos a veces es inevitable. En el caso de los piojos, se transmiten por contacto directo del cabello. Los niños son las víctimas más vulnerables, pues al jugar suelen juntar sus cabezas o se intercambian peines y ropa, lo que favorece el contagio. El picor asociado con los piojos se debe a que se alimentan seis veces al día y la saliva que inyectan para facilitar esta labor es irritante. Los huevos o liendres miden un milímetro y son blancos, por lo que pueden confundirse con caspa. Los piojos adultos miden de dos a tres milímetros, son negros y alargados. Los champús normales y el agua no los eliminan, pero no hay que abusar de los productos químicos para combatirlos. Un remedio natural muy útil es el aceite esencial puro de árbol de té. Se añaden cuatro gotas de este aceite en la dosis de champú que se vaya a emplear. Una vez aclarado, hay que utilizar una lendrera impregnada en esta loción y repetir el tratamiento las veces necesarias.
gentileza de .larevistaintegral.